Iglesia Episcopal de Cuba trabaja con comunidades para transformar vidas

18 July 2017

Children in a childcare centre through the diocesan programme. Credit: Diocese of Cuba

En esa semana Anglican Alliance visitó la Diocese de Cuba para aprender más sobre su misión y el programa de desarrollo misionero (PDM). En todas las partes de la Comunión, Anglican Alliance busca comprender modelos locales de misión holística (integral), los cuales puedan ser compartidos para inspiración unos de otros y para el aprendizaje. En esta nota, la Rvda. Rachel Carnegie, Co-directora Ejecutiva, y Paulo Ueti, Facilitador Regional para América Latina, reflexionan sobre su visita.

Los ojos de la Obispa Griselda Delgado brillan mientras comparte sus memorias sobre el momento clave de su ministerio hace algunos años en su antigua parroquia Santa María Virgen de Itabo. Ella recuerda a Claribel, una anciana de la comunidad. La iglesia le ayudó con algunas semillas y la animó a sembrarlas para cultivar sus propios tomates.

“Las personas del vecindario preguntaron A Claribel si podría compartir los tomates”, recuerda la Obispa. “Entonces la señora les invitó para que aprendieran a cultivar sus propios tomates. Aquello fue noticia en toda la comunidad. Las personas comenzaron a transformar la tierra y aprender nuevas cosas. Y cuando había excedentes aprendieron a conservar los alimentos, hacer encurtidos para vender después. El próximo paso fue tener un banco de semillas para lograr la autosostenibilidad”.

“Ese es un ejemplo de cómo trabajar con la gente para transformar sus vidas y la manera de pensar y proyectar su futuro. Estas personas aprendieron sobre asuntos que no sabían que existían. Para mi este es el Evangelio, de eso se trata, de abrir puertas (de la iglesia) y transformar mentes, tierra y espíritu”, agregó la Obispa.

La Obispa Griselda agregó que un tiempo después, llevó esa visión de transformación de la comunidad al nivel diocesano y creó un nuevo programa de misión y desarrollo. Ese programe se articula con la visión global de la Diocese Episcopal de Cuba: “Buscamos transformar una iglesia que, unida en la diversidad, celebra, evangeliza, enseña, sirve y comparte el amor de Dios”.

La Diocese entiende su misión en la búsqueda de “servir a Cristo en todos los pueblos proclamando, enseñando y viviendo el Evangelio, esperando colaborar para el crecimiento humano y espiritual; tiene su foco en las necesidades de la familia cubana”.

Una clave que expresa bien la misión de la Diocese es su Programa Integral (Misionero) para el Desarrollo, que se inició en 2013. Su foco está en entrenar y equipar a lideresas y líderes locales para el desarrollo integral de la comunidad.

Jose (Pepe) Bringas, Coordinador del Programa, explicó que los primeros talleres realizados desafiaron a las personas a considerar su contexto y sus necesidades, y como ellas y ellos podrían producir cambios para el beneficio de sus vidas, la comunidad e iglesia. Esa manera de desarrollo comunitario desde sus propios recursos entiende la Iglesia moviéndose más allá de los modelos tradicionales de asistencia hacia un modelo que considera el empoderamiento de la gente y desarrollo sostenible con respecto ambiental.

“Nuestra visión del futuro está conectada a la existencia de comunidades orientadas al desarrollo sostenible con personas que son protagonistas de su propia transformación, porque han superado los modelos de asistencia y expresan nuevas actitudes y comportamientos que los ha empoderado como entidades interdependientes y responsables”, explica Pepe. “Por eso, nosotros vemos nuestro programa enfocado a renovar la iglesia para que sea una luz para toda la comunidad, fortaleciendo su espiritualidad, el desarrollo humano, económico y con una acción permanente hacia el cuidado de la Sagrada Creación de Dios. Nosotros estamos nos moviendo de la dependencia a la inter-dependencia y queremos que esto tenga una incidencia sobre otras iglesias y comunidades”.

Desde 2013, el programa coordinado por Pepe entrenó a 239 personas para el liderazgo local desde las iglesias en función del desarrollo sostenible, cerca del 50% fueron mujeres. Los temas principales fueron sobre gestión de proyectos, desarrollo comunitario y gestión de iniciativas económicas.

Las personas que participan en los ciclos de talleres deben presentar al final una propuesta de transformación local que es susceptible de ser apoyada . El programa de desarrollo apoya con pequeños fondos desde el programa misionero, gracias al apoyo de Episcopal Relief & Development (ERD) y Primate´s World Relief and Development Fund (PWRDF).

Los proyectos presentados que se evalúan como viables acceden a los fondos y luego se implementan, a partir de lo cual sigue un proceso de seguimiento y monitoreo a todos los niveles que garantizan un uso responsable y transparente de los fondos asignados.

Las iniciativas implementadas son diversas, destacándose la relacionadas con la seguridad alimentaria, conservación de alimentos, acceso a agua potable, el uso de energías limpias. También existen iniciativas para el cuidado de niños y niñas, ancianos. En los pasados dos años se introdujo el Programa de Educación para el Ahorro, como parte de un esfuerzo educativo y de creación de oportunidades económicas para grupos de personas en situación de vulnerabilidad.

El equipo del programa compartió varias experiencias de vida que indican los impactos logrados. CComo parte de estas historias está Pavel, un joven que se graduó de los talleres del programa y consiguio financiamiento para su proyecto. Toda su vida fue electricista. . En el 2016 Pavel sufrió un accidente cardiovascular y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente a corazón abierto.

Posterior a su recuperacion el y su esposa pudieron empezar un pequeño emprendimiento familiar, produciendo y vendiendo dulces y pasteles.

Otra integrante de la iglesia, llamada Edit , que también pasó el taller, dice: “Es maravilloso observar como la iglesia con su programa de desarrollo misionero y la comunidad están conectadas y se benefician mutuamente. Mucha gente está ahora empezando a encontrarse más y participando de los proyectos coordinados por la iglesia”.

Daliana, del Centro diocesano dice: “Yo soy graduada del ciclo de talleres del 2015 y presenté un proyecto que fue aprobado. Este se denomian Permacultura, es para cultivar vegetales, plantas medicinales y temperos en forma de mandala.. Trabajando con la comunidad local el objetivo es abastecer la cocina del centro diocesano (donde la iglesia alimenta casi 100 personas al día) y también aumentar la producción de vegetales para apoyar otras personas en la comunidad vecina a la catedral.”

Reflexionando sobre que ella entiende como el valor del programa, Daliana dice: “nosotras buscamos ayudar las personas. Nosotras no preguntamos quienes son o de donde vienen”.

Daliana, como parte de los impactos del programa, ofreció el ejemplo del proyecto de purificación del agua, que actualmente beneficia a cerca de mil personas al mes .

“Yo tengo una amiga discapacitada, dice Daliana, que no tiene acceso al agua purificada y vive todo el día en su cama. Este proyecto de agua purificada fue como una luz en su casa. El agua no es solamente para beber, sino también para cuidar de las escaras en su cuerpo, resultado de estar todo el tiempo en la cama. Cada día alguien viene buscar agua para su casa y logran algo que antes era impensable”.

El programa de desarrollo integral (misionero) está trabajando duro para monitorear los resultados e impactos, registrando los cambios en las comunidades con relación a varios Objetivos del Desarrollo Sostenible claves. En su reciente evaluación, fue relevado que, tras tres años, 48 iniciativas locales fueran apoyadas, beneficiando 30 comunidades con 3572 personas directamente beneficiadas (52% son mujeres).

La Obispa Griselda Delgado concluyo senalando que “Nosotras estamos trabajando en los últimos años en discernir cual es nuestra misión como iglesia en esa sociedad y en este contexto. Primeramente, tengo que decir que la misión es de Dios. Dios nos da la posibilidad de predicar el Evangelio, de servir, de conectarnos unos con otros, de ser comunidad y también buscar ser una familia. Tomando en cuenta nuestra diversidad, pero también ser familia nos permite trabajar en áreas de preocupación común, cuestiones pequeñas y grandes que impactan en la vida de las personas”.

El lema de la Diocese viene de la Escritura y dice que “Ustedes son miembros de la familia de Dios, construida sobre la fundación de los apóstoles y profetas con Cristo Jesús como la piedra angular” (Ef. 2:19b-20).

Por su parte, Paulo Ueti, sobre la visita, dice que “es increíble como el desarrollo de la mentalidad comunitaria, basada en una fuerte espiritualidad, es capaz de una metanoia, conversión -cambio de rutas y de mentalidad tan profunda que produce impactos transformadores en la vida y en la sociedad. Son historias importantes de compartir para inspirar y desafiar otra gente de nuestra familia extendida a involucrarse en el camino de solidaridad”.

Rachel Carnegie agrega que “ha sido profundamente inspirador ver cómo tan rápidamente ese abordaje intencional de transformación se enraizó en las iglesias y comunidades locales a través de la Iglesia Episcopal de Cuba. Nosotras somos privilegiadas por tener la oportunidad de aprender sobre ese abordaje del desarrollo basado en los recursos locales de las comunidades, lo cual entiende que la iglesia local como parte integral y dinámica de la vida de sus comunidades. Hay mucho para seguir aprendiendo y compartiendo desde la misión de la Iglesia en Cuba”.


Por favor, clique abajo para mirar los videos de la Obispa Griselda y Pepe Bringas.


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