Consideraciones y recomendaciones prácticas para líderes religiosos y organizaciones y comunidades de fe en el contexto del COVID-19

Translation: Elizabeth Birks / E: traduccionesbmd@gmail.com

Catedral Anglicana San Juan Bautista – Buenos Aires, Argentina

Traducción provisoria pendiente autorización de la OMS para compartir oficialment. © Anglican Alliance 2020. This translation was not created by the World Health Organization (WHO). WHO is not responsible for the content or accuracy of this translation. The original English edition: Practical considerations and recommendations for religious leaders and faith-based communities in the context of COVID-19. Geneva: World Health Organization 2020. Licence: CC BY-NC-SA 3.0 IGO shall be the binding and authentic edition. This translated work is available under the BY-NC-SA 3.0 licence.

Lineamiento interino

7 de abril de 2020

Organización Mundial de la Salud

 

Antecedentes

Los líderes religiosos y las organizaciones y comunidades de fe pueden tener un papel muy significativo en cuanto a salvar vidas y reducir la incidencia del COVID-19[1]. Constituyen una fuente primordial de apoyo, consuelo, guía, cuidados directos de la salud y servicios sociales para las comunidades que sirven. Los líderes religiosos de organizaciones y comunidades de fe pueden compartir información sobre la salud para proteger a sus propios miembros y a las comunidades más amplias, que quizás se acepte en mejor grado que la proveniente de otras fuentes. Pueden ofrecer apoyo pastoral y espiritual frente a emergencias de salud pública y otros desafíos y pueden interceder por las necesidades de las poblaciones más vulnerables.

Al compartir medidas claras basadas en evidencias para prevenir el COVID-19, las instituciones religiosas pueden contribuir a la distribución de información útil, impedir y paliar los temores y estigmas, tranquilizar a las personas de sus comunidades, y promover prácticas que favorecen a la salud. Los líderes religiosos están integrados a sus comunidades a través de redes de servicio y humanitarias y con frecuencia pueden llegar a los más vulnerables con asistencia e información sobre la salud, identificando también a las personas con mayor necesidad. Los líderes religiosos constituyen un vínculo crítico en la red de protección para las personas vulnerables dentro de sus comunidades de fe y las comunidades más amplias.

 

Objetivo de este lineamiento

Este documento se basa en pautas y recomendaciones desarrolladas por la OMS para responder ante la pandemia de COVID-19. Reconoce el papel especial que cumplen los líderes religiosos, y las organizaciones y comunidades de fe en cuanto a la educación, preparación y respuesta ante el COVID-19:

  • Compartiendo información de fuentes confiables con respecto al COVID-19, la preparación y la respuesta ante la pandemia
  • Evitando reuniones con grupos grandes y realizando rituales y actividades religiosas de manera remota/virtual, según sea necesario y siempre que sea posible
  • Asegurando que toda decisión de convocar grupos para cultos o reuniones educativas o sociales se base en una evaluación de riesgos sólida que responda a los lineamientos emitidos por las autoridades nacionales y locales
  • Asegurando que las reuniones, ceremonias y rituales religiosos que se realicen respeten las condiciones seguras exigidas
  • Fortaleciendo la salud mental y espiritual, el bienestar y la resiliencia, a través del contacto individual (siempre observando el distanciamiento físico correspondiente) y a través de las redes sociales y otros medios de comunicación
  • Verificando que se sostenga sistemáticamente un enfoque basado en los derechos humanos para la defensa, mensajería y entrega de servicios
  • Abordando temas de estigmatización, violencia, e incitación al odio
  • Promoviendo la colaboración ecuménica e interreligiosa, y la coexistencia pacífica durante la pandemia de COVID-19
  • Verificar que la información compartida con las comunidades sea veraz, y desmentir y corregir la información errónea.

 

Reuniones (cuando se permitan)

Las autoridades locales y nacionales son la fuente primordial de información y asesoramiento sobre el COVID-19 en las comunidades y pueden brindar información con respecto a las restricciones exigidas localmente con respecto a los movimientos de las personas, a la autorización de reuniones y, en caso afirmativo, el tamaño de las mismas. Las personas que organizan una reunión deberán cumplir con las directivas de las autoridades nacionales y locales y, en caso de organizarse una reunión mediana o grande, los organizadores deberán establecer y mantener contacto con las autoridades en la preparación de la reunión y mientras dure la misma. Si se permiten las reuniones, los líderes religiosos y las comunidades de fe deben tomar las siguientes medidas para reducir la amenaza del COVID-19 en su comunidad[2]. Si no pueden implementar estas medidas para mantener segura a su comunidad, deberán cancelarse las reuniones físicas planificadas. Una vez tomadas las decisiones, quizás sea de utilidad describir las prácticas y medidas adaptadas y dejarlas claramente a la vista a la entrada del lugar de reunión (por escrito o con planos/dibujos).

Si no es factible realizar las reuniones de manera remota/virtual, limitar la duración de las mismas al mínimo para restringir el contacto entre los participantes.

Mantener como mínimo u a distancia de 1,5 metro entre las personas en todo momento

El COVID-19 se contagia a través de microgotas provenientes del sistema respiratorio que se propagan al estornudar, toser o hablar una persona infectada. Estas microgotas pueden ser inhaladas o quedar en las ropas de las personas que están a su alrededor. Las instituciones religiosas y comunidades de fe deben proteger a sus miembros ayudándoles a mantener una distancia segura entre ellos (“distanciamiento físico”).

  • Desalentar las reuniones físicas no esenciales y organizar reuniones virtuales con streaming en vivo, televisión, radio, redes sociales, etc.
  • Si se planifica una reunión, considerar la opción de realizarla al aire libre. Si esto no fuera posible, verificar que la sala interna tenga ventilación adecuada.
  • Regular la cantidad y el flujo de personas que ingresan, asisten y salen de los lugares de culto para asegurar que se respete en todo momento el distanciamiento.
  • Convienen más las reuniones de pocas personas que las sesiones multitudinarias. Los líderes religiosos y las comunidades de fe deben considerar la alternativa de realizar múltiples celebraciones con pocos asistentes en lugar de reuniones de más personas.
  • Deben manejarse las cantidades y el flujo de peregrinos en los sitios de peregrinación con el fin de respetar el distanciamiento físico.
  • Las personas que participan de un culto deben estar sentadas o paradas como mínimo a 1 metro e medio (3 pies) de distancia entre ellas. Si fuera necesario, crear y asignar lugares fijos para asegurar que se mantengan distancias seguras.
  • Identificar una sala o área donde se podría aislar a una persona que se descompone o que comienza a mostrar síntomas.

Impedir que haya contacto físico entre las personas que asisten a los cultos

Muchas tradiciones religiosas incluyen contacto físico entre los miembros. Las microgotas que contienen el COVID-19 pueden quedar en las manos de la persona infectada y propagarse a otras a través del contacto físico. Los líderes religiosos y comunidades de fe deben considerar la manera de adaptar las prácticas y conexiones comunitarias para evitar que haya contacto físico entre los que participan en cultos y otras actividades religiosas y comunitarias.

Crear nuevas maneras de saludarse dentro de la comunidad para reducir el riesgo de trasmisión de COVID-19. Algunos de los saludos que se están adoptando dentro de las comunidades de fe incluyen:

  • Reemplazar los abrazos, besos y apretones de mano con inclinación del cuerpo o una señal de paz, o con un saludo en lenguaje de señas, manteniendo distancia física.
  • Recibir a las personas en la entrada de los lugares de culto con palabras amables y sonrisas, en lugar de un apretón de manos u otro tipo de contacto físico.

Muchas congregaciones comparten una “señal de paz” durante los servicios que incluyen apretones de manos y abrazos. Estos están siendo reemplazados por, por ejemplo:

  • Contacto visual y una inclinación de la cabeza mientras dicen “la paz” a otros.
  • Una “señal de paz” comunitaria ofrecida al unísono, verbalmente, o a través de una reverencia, realizada por todos los asistentes al unísono, mientras permanecen en sus lugares dejando una distancia segura entre ellos.
  • Cualquier tipo de alternativa cultural y religiosamente aceptable que impida el contacto físico.

Evitar tocar o besar objetos devocionales o de otra naturaleza que la comunidad acostumbra utilizar de manera comunitaria.

Muchas tradiciones religiosas incluyen tocar o besar objetos sagrados y simbólicos durante los cultos y la oración. El virus que causa el COVID-19 puede permanecer en estas superficies durante horas o incluso días. Los líderes religiosos y comunidades deben proteger a sus miembros del contagio impidiendo prácticas que impliquen tocar o besar tales superficies. Los líderes pueden crear y ayudar a los miembros de la comunidad a aceptar nuevas maneras de reverenciar estos objetos y símbolos de manera segura. Algunos líderes religiosos y comunidades de fe alientan a sus miembros a:

  • Inclinarse delante de estatuas o iconos sagrados en lugar de tocarlos.
  • Recibir una bendición desde una distancia de al menos 1 metro y evitar la distribución de la Santa Comunión que implica colocar la hostia en la lengua o tomar de una copa común.
  • Considerar la posibilidad de usar cajas/porciones individuales de alimentos religiosos o ceremoniales previamente envasados en lugar de porciones compartidas de recipientes comunitarios.
  • Vaciar las fuentes de agua bendita para impedir que las personas sumerjan los dedos en un recipiente común.
  • Eliminar los rituales que impliquen el contacto físico como lavado de pies y sustituirlos por prácticas adecuadas.
  • Alentar a los participantes a realizar sus abluciones rituales en el hogar antes de asistir al lugar de culto.

Alentar una higiene saludable entre los participantes de servicios religiosos y otras actividades cuando se permitan las reuniones estén permitidas.

  • Ayudar a los participantes a mantener prácticas higiénicas y saludables brindando instalaciones para el lavado de manos antes y después del culto; instalaciones para el lavado de pies en lugares donde los participantes ingresan descalzos o colocando alcohol en gel (mínimo 70% alcohol) a la entrada y dentro del lugar de culto.
  • Colocar pañuelos descartables al alcance y cestos cerrados para desechar los mismos.
  • Solicitar que los participantes traigan sus propias alfombras de oración para colocar sobre la alfombra común para las oraciones diarias.
  • Alentar a los participantes a evitar asistir a los cultos si tienen algún síntoma de COVID-19 o si han viajado recientemente a un área con propagación comunitaria de COVID-19.
  • Cuando los asistentes ingresan a un lugar o edificio descalzos, el calzado deberá dejarse por separado en bolsas.
  • Colocar carteles visuales con consejos sobre el distanciamiento social, la higiene de manos y el procedimiento en cuanto a estornudar o toser.

Limpiar con frecuencia los lugares y edificios de culto

  • Establecer una rutina de limpieza con desinfectante para lugares de culto y peregrinación y otras áreas donde se reúnen las personas, para eliminar los virus que pudiera haber en las superficies. Esta rutina deberá incluir limpieza inmediatamente antes y después de todas las reuniones.
  • Desinfectar asiduamente los objetos que se tocan con frecuencia como picaportes, perillas de luz, barandas de escalera.

 

Realización de las actividades religiosas de manera remota/virtual (mientras sea necesario)

Es probable que la mayoría de los líderes religiosos y comunidades de fe decidan cancelar sus celebraciones y demás reuniones durante un tiempo mientras dure la pandemia de COVID-19. Ya se están prohibiendo o desalentando las reuniones en muchos países. Los líderes religiosos deben tener en cuenta que ellos son importantes modelos para su comunidad en cuanto a reforzar estas recomendaciones y mostrar la manera en que las comunidades pueden seguir conectadas con actividades religiosas remotas/virtuales. Las siguientes sugerencias ya están siendo usadas por muchos líderes religiosos para mantener la conexión con y entre sus miembros utilizando medios de alta y baja tecnología. Cuando se utilizan tecnologías online, los líderes religiosos pueden brindar información sobre los riesgos potenciales de seguridad cibernética, particularmente en casos de niños y adultos vulnerables.

Usar tecnología para mantener la comunicación con la comunidad y continuar con los cultos

Considerar la manera en que la comunidad de fe u organización puede usar la tecnología para ofrecer las celebraciones y otros eventos religiosos online. Considerar la alternativa de asociarse con otras organizaciones para aprovechar mejor los canales online. Por ejemplo:

  • Grabar los cultos y ceremonias en audio o video y publicarlos en las redes sociales.
  • Realizar visitas individuales de cuidado pastoral por teléfono o a través de las redes sociales y plataformas de video chat.
  • Usar una plataforma para reuniones remotas o virtuales o instalaciones para teleconferencias para reuniones u oraciones interactivas en grupos pequeños.
  • Extender el uso de los canales de radio y televisión.

Usar medios de baja tecnología para mantener prácticas religiosas en la comunidad

No todas las organizaciones religiosas tienen la capacidad de llegar a sus miembros usando tecnología de avanzada. Aun así, la comunidad puede seguir conectándose con prácticas como:

  • Llamadas telefónicas entre integrantes de la comunidad de fe para orar de a dos y el uso de servicios telefónicos de “chat”.
  • Comunicar las horas a las que la comunidad de fe puede observar una práctica religiosa en forma remota (oración, liturgias específicas, etc.) a la misma hora cada día o semana, a pesar de estar físicamente separados.
  • Animar a la oración en el hogar y otras prácticas espirituales.
  • Compilar y circular pedidos de oración de la comunidad de fe para que todos los miembros puedan estarlos apoyando.

 

Ceremonias seguras

Muchas celebraciones y ceremonias solemnes realizadas por los líderes religiosos en los lugares de culto tendrán que ser modificadas durante la pandemia de COVID-19.

  • Cuando las autoridades locales de salud permitan la realización de reuniones, los líderes religiosos pueden organizar ceremonias como bodas y funerales siempre que cumplan con los lineamientos establecidos para el distanciamiento social, tal como se describen en la sección de “Reuniones seguras” en este documento, y cumpliendo con los límites fijados por las autoridades locales o nacionales de salud pública con respecto a la cantidad de personas que pueden participar en reuniones de esta índole.
  • Aún si no se pueden realizar reuniones presenciales de acuerdo con los lineamientos locales o nacionales de salud pública, igualmente puede ser posible realizar ceremonias con la presencia de los miembros esenciales y la participación a distancia de los demás invitados, a través del streaming en vivo, y otras tecnologías de video.
  • Si las autoridades de salud publican lineamientos para limitar las oraciones presenciales para funerales, los familiares y amigos podrán ofrecer oraciones en ausencia.

 

Prácticas seguras para funerales

Los líderes religiosos podrán ayudar a las familias en su duelo asegurando que se vele y se entierre a sus seres queridos con ritos respetuosos y apropiados, incluso en medio de la pandemia de COVID-19. Preparase para la planificación y realización de estas ceremonias y ritos puede proteger y consolar a los familiares en su duelo además de mostrar respeto por los fallecidos sin ocasionarle riesgos de contagio a los deudos.

  1. Cuando sea aceptable o apropiado según las diferentes tradiciones religiosas, se deberá permitir el embalsamado, el entierro y la cremación para los restos de las personas fallecidas a causa de la COVID-19.
  2. Los líderes religiosos y las comunidades religiosas locales pueden trabajar con las familias para integrar prácticas religiosas y culturales adecuadas con medidas para funerales y entierros que reduzcan las posibilidades de contagio. Por ejemplo:
  • Si lavar o envolver el cuerpo con algun cosa forma parte de las tradiciones religiosas, será necesario incorporar cambios para proteger a la gente cerca y/o en contacto directo:

– Como mínimo, las personas que realizan estas tareas deberán utilizar guantes descartables.

– Si existe la posibilidad de salpicaduras con los fluidos corporales, es posible que se requiera equipo de protección personal adicional para las personas que participan del ritual (como batas descartables, protectores faciales o antiparras, y barbijos médicos).

  • Si la familia de la persona fallecida desea ver el cuerpo luego de que el mismo haya sido retirado del establecimiento médico donde falleció, se les puede permitir hacerlo de acuerdo con la restricción local de distanciamiento social, sin tocar ni besar el cuerpo y lavándose las manos rigurosamente antes y después de la visita.
  • Al adoptarse modificaciones a los ritos de funerales y entierros, deberá prestarse particular atención para proteger a los niños y los adultos mayores que asistan.

 

Fortalecimiento de la salud mental y la resiliencia

Los líderes religiosos y las comunidades de fe cumplen un rol único en la creación de relaciones y conexiones entre personas de todos los grupos etarios, profesiones y vecindarios. Además, debido a sus roles profesionales y pastorales, con frecuencia los líderes religiosos están vinculados con otras organizaciones de servicios. Como resultado, estos líderes y organizaciones ocupan un rol significativo para reforzar las conexiones entre las personas que pueden estar aisladas durante los períodos de distanciamiento social. Mantener y fortalecer las relaciones durante este tiempo angustiante puede fortalecer la salud mental y espiritual de los miembros y seguidores y aumentar la resiliencia en la comunidad más amplia. Los líderes religiosos también pueden ayudar a sus comunidades a responder ante el COVID-19 con prácticas adecuadas a la misión o tradición religiosa de su organización. Las prácticas como la oración, la lectura de material inspiracional y servicios comunitarios seguros pueden aumentar la confianza y crear una sensación de tranquilidad. Las siguientes son algunas medidas que pueden ser útiles:

Mantener conectada a la comunidad

Los líderes religiosos y sus organizaciones de fe pueden fortalecer a sus comunidades y combatir el aislamiento comunicándose regularmente con los miembros, preferentemente por teléfono. Esto es particularmente importante en el caso de personas mayores o discapacitadas, o que viven solas o son de algún otro modo vulnerables. Es importante asegurar que las listas de contactos de la comunidad estén actualizadas y accesibles para todos los miembros. Se pueden crear cadenas telefónicas en las que ciertos miembros se ofrecen a llamar regularmente a otros para saber cómo están. En lo posible deben evitarse las visitas presenciales y, si fuera necesario, es importante aplicar las medidas de distanciamiento social y otras medidas preventivas que correspondan. Además, se alienta a los líderes religiosos a trabajar por la unidad familiar y promover opciones de cuidado en situaciones donde los niños están separados de sus familias.

Ayudar a otras personas

El ayudar a otros que requieren asistencia puede beneficiar tanto a la persona que ofrece la asistencia como la que a recibe. Las comunidades de fe pueden identificar maneras en que sus miembros pueden ayudar a otros, dependiendo de los niveles de riesgo (por ejemplo: llamar a vecinos en situación vulnerable y ofrecer hacerles las compras, etc.). Los líderes religiosos y las comunidades de fe pueden animar a sus miembros a compartir recursos para ayudar a los que no pueden cuidar de sí mismos y de sus familias debido a la situación económica. Es de vital importancia, cuidar de los trabajadores de la salud, las fuerzas de seguridad y las personas que trabajan en servicios esenciales que siguen trabajando, muchas veces alejados de sus familias. Los líderes religiosos pueden alentar a los que tienen los medios económicos a realizar donaciones para las personas cuyo medio de vida se ha visto afectado por la pandemia. Al trabajar juntos, los miembros de la comunidad pueden crear una sensación de solidaridad y aumentar la resiliencia.

Ayudar a los miembros a manejar el constante bombardeo de noticias preocupantes

Los líderes religiosos pueden animar a sus comunidades a tomar medidas para manejar el estrés y mantener viva la esperanza durante estos tiempos de aislamiento, temor e incertidumbre. El constante bombardeo de noticias sobre el COVID-19 puede causar ansiedad aún para la persona más aplomada. Los líderes religiosos pueden animar a los miembros de la comunidad a buscar información sobre el virus de fuentes confiables en determinados horarios, y a mantener la esperanza leyendo textos sagrados y buscando apoyo en sus respectivas tradiciones religiosas.

Responder a situaciones de violencia doméstica

En entornos donde se implementan restricciones al movimiento, es muy posible que aumente la violencia doméstica, particularmente contra las mujeres, los niños y otras personas marginadas. Pueden verse exacerbadas las vulnerabilidades existentes asociadas a la edad, la religión, el status migratorio, la orientación sexual y cuestiones étnicas. Los líderes religiosos pueden denunciar activamente la violencia y ofrecer apoyo o alentar a las víctimas a buscar ayuda. Con respecto a los casos que involucran a los niños, los líderes religiosos deben tener información sobre las políticas de protección y resguardo de niños, incluyendo lo que debe ser reportado a quién y de qué manera.

Ofrecer oraciones especiales para los enfermos acompañadas de mensajes de esperanza y consuelo

Los líderes religiosos pueden brindar a las comunidades de fe oraciones apropiadas, reflexiones teológicas y bíblicas, y mensajes de esperanza. Puede ser de utilidad señalar las oportunidades que se presentan para la reflexión, la oración, y el tiempo con otros familiares.

 

El rol de los líderes religiosos en la educación sobre el COVID-19

Los líderes religiosos, las organizaciones religiosas y las comunidades de fe se encuentran entre las fuentes más confiables de información sobre el cuidado pastoral, la salud, y el cuidado social en nuestras comunidades. Sus seguidores y los miembros de sus comunidades quizás confíen más en sus opiniones y estén más dispuestos a cumplir con los lineamientos sobre el COVID-19 si los comunican los líderes religiosos además de las autoridades gubernamentales y de salud. Los servicios sociales y de cuidado a la salud brindados por organizaciones religiosas frecuentemente son más accesibles, especialmente en comunidades rurales y entre las poblaciones marginales. Los líderes de comunidades de fe también tienen una responsabilidad especial de desmentir y corregir la información errónea, las enseñanzas engañosas y los rumores, que se pueden propagar a gran velocidad y causar mucho daño. Los sermones y mensajes pueden utilizar datos brindados por la OMS y las autoridades de salud pública nacionales o locales que coincida con la doctrina/enseñanza y práctica de sus respectivas tradiciones religiosas.

Qué comunicar

La información verídica puede reducir el temor y el estigma. Los líderes religiosos podrán tener acceso a lineamientos en formatos y lenguaje claros que puedan comprender fácilmente sus miembros. Los lineamientos de la OMS han sido replicados y compartidos en ciertas plataformas religiosas. Los líderes religiosos también deben conocer las páginas web de las autoridades de la salud a nivel local y nacional y otros canales de información para acceder a las pautas locales.

La siguiente es la información más importante sobre protección que deben comunicar los líderes religiosos y las comunidades de fe a sus miembros:

  • Evitar tocarse los ojos, la nariz y la boca. Las manos están en contacto con muchas superficies y pueden portar virus. Una vez contaminadas, las manos pueden llevar el virus a los ojos, la nariz o la boca. De allí, el virus puede ingresar al cuerpo y enfermar a la persona.
  • Practicar higiene respiratoria. El virus se contagia a través de microgotas respiratorias. Con una buena higiene respiratoria, protegeremos a las personas que nos rodean de los virus de la gripe y el COVID-19, por ejemplo. Esto implica taparse la boca y la nariz con el pliegue del codo al toser o estornudar. Si se usa un pañuelo de papel, descartarlo inmediatamente en un cesto con tapa y lavarse las manos.
  • No salir si no se siente bien. En caso de tener fiebre, tos y dificultad respiratoria, solicitar atención médica llamando por adelantado. Al llamar por adelantado el proveedor de cuidados de salud podrá dirigirlo rápidamente a la institución sanitaria que corresponde. Esto protegerá al paciente e impedirá la propagación de virus y otros contagios.
  • Lavarse las manos con frecuencia usando alcohol en gel o agua y jabón mata los virus que puedan portarse en las manos.
  • Mantener como mínimo 1 metro e medio (3 pies) de distancia con una persona que esté estornudando o tosiendo. Al toser o estornudar las personas expelen microgotas por la nariz o la boca, que pueden contener virus. Cualquier persona que esté muy cerca puede aspirar las microgotas, junto al virus COVID-19 si la persona que tose tiene la enfermedad.
  • Seguir las instrucciones de su autoridad de salud local. Las autoridades nacionales y locales tendrán la información más actualizada sobre la enfermedad en cada área. Son los mejores ubicados para aconsejarle a las personas en esa zona lo que deben hacer para protegerse.
  • Mantenerse informados y seguir los consejos de proveedor de salud, autoridades de salud pública nacional y local o de su empleador sobre la manera de protegerse cada uno y a los demás del COVID-19. Mantenerse informados sobre los últimos avances en cuanto al COVID-19 anunciados por la OMS y las autoridades nacionales.
  • Mantenerse informados con respecto al riesgo; las personas mayores y las personas con cuadros médicos subyacentes tiene más riesgos de pronóstico más grave ante la enfermedad.

Cómo comunicar información sobre la protección de la salud

Se alienta a los líderes de las comunidades de fe a utilizar los canales religiosos de sus organizaciones como páginas web; boletines; correos electrónicos; cadenas telefónicas; y publicaciones religiosas, radio, u otros medios de difusión. Las redes sociales les brindan a los líderes y organizaciones religiosos, y comunidades de fe nuevas maneras de compartir mensajes para salvar vidas. También se pueden entretejer mensajes sobre el COVID-19 en los sermones y oraciones compartidas con las comunidades. Será importante para los miembros de las comunidades escuchar estos mensajes y actualizaciones frecuentemente en distintos canales y plataformas de mensajes.

Debido a su influencia, los líderes religiosos pueden ser recursos muy valiosos para las agencias y organizaciones que están realizando comunicaciones al público con respecto al COVID-19. Los líderes deben informarse sobre las organizaciones que presentan información creíble a sus comunidades y unirse a ello, utilizando y avalando sus mensajes (por ej. la OMS, las universidades, las organizaciones no gubernamentales).

 

Defensa de los derechos humanos y cómo afrontar temas de estigmatización y discriminación

Los líderes religiosos cumplen un papel particularmente importante en la defensa, atención e inclusión de las poblaciones vulnerables incluyendo minorías, migrantes, refugiados, personas internamente desplazadas, pueblos indígenas, prisiones, personas con discapacidad, e integrantes de otros grupos marginados, creando entornos solidarios; abogando por sus derechos y el acceso al diagnóstico, tratamiento, y vacunas; compartiendo información certera basada en evidencias; y oponiéndose públicamente a declaraciones y acciones que alientan la violencia y las violaciones de los derechos humanos contra las personas. Al utilizar lenguaje dentro de su propia tradición de fe, los líderes religiosos pueden promover mensajes positivos para afirmar la dignidad de todas las personas, la necesidad de proteger y cuidar a los vulnerables, e inspirar esperanza y resiliencia en las personas afectadas por, o vulnerables ante el COVID-19. En cuanto a lo práctico, las organizaciones religiosas pueden trabajar con las agencias de salud y desarrollo para identificar mecanismos para aumentar el acceso a la información y servicios para las comunidades vulnerables, incluyendo los que brindan las mismas organizaciones religiosas. Además, la mayoría de estas tradiciones religiosas sirven a todas las personas con necesidad, independientemente del origen nacional o étnico, raza, sexo, o afiliación religiosa, y están motivadas por valores universales y principios éticos de “no dañar,” solidaridad”, y la “regla de oro”.

 

Conclusión

Hay varios grupos religiosos e interreligiosos a nivel mundial que emitieron lineamientos, consejos, y declaraciones para apoyar las acciones y el papel de los líderes religiosos, y las organizaciones y comunidades de fe durante la pandemia de COVID-19. Muchos de esos mismos grupos contribuyeron con la preparación de este lineamiento, por el reconocimiento común de que el COVID-19 es una pandemia global, que afecta a todas las razas, etnias y regiones geográficas, y que exige una respuesta global. La colaboración interreligiosa entre grupos religiosos mayoritarios y minoritarios es crucial, particularmente en lo que hace a compartir conocimientos, recursos, y mejores prácticas cuando sea posible.

El árbol de decisión adjunto brinda un flujograma sencillo para apoyar el procedimiento de toma de decisiones con respecto a la organización de un evento religioso durante la pandemia de COVID-19. En los casos en que las autoridades nacionales o locales permitan reuniones, los organizadores podrán tomar sus propias decisiones informadas con respecto al riesgo involucrado, y planificar el evento en consecuencia.

La OMS sigue monitoreando de cerca la situación para identificar los cambios que puedan afectar este lineamiento interino. En caso de que cambien los factores, la OMS emitirá una actualización adicional. De lo contrario, este documento interino expirará 2 años después de la fecha de publicación.

 

[1] Las descripciones de terminología se pueden encontrar en:

http://data.unaids.org/pub/report/2010/jc1786_fbo_en.pdf

 

 

[2] Estas medidas se basan en las Recomendaciones claves de planificación para Reuniones Masivas durante el COVID-19 [Key planning recommendations for Mass Gatherings during COVID-19]